miércoles, 20 de febrero de 2013

El feto escucha en su vida intrauterina

 
 
Un estudio publicado en Enero del 2013, realizado por: Christine Moon, profesora de la Universidad Luterana del Pacífico en Washington, Patricia Kuhl, codirectora del Instituto de Aprendizaje y las Ciencias del Cerebro en la Universidad de Washington y Hugo Lagercrantz, profesor en el Instituto Karolinska de Suecia, en el cual se han valorado a  40 bebés, 30 horas después de su nacimiento en distintas ciudades del mundo ha obtenido como conclusión que:
 
EL DESARROLLO DEL LENGUAJE YA EMPIEZA EN LA VIDA INTRAUTERINA, durante las 10 últimas semanas del embarazo.
 


 

 
 
Dicho estudio demuestra que el sonido de las VOCALES es a lo que más se aferra el feto para que unas horas después de haber nacido pueda diferenciar entre el idioma de su madre y un idioma extranjero.
 
 
Es decir que el bebé antes de nacer ya ha aprendido los sonidos particulares del idioma de su madre.
 
 
 
 
Este estudio demuestra que LOS BEBÉS PUEDEN ESCUCHAR A SU MADRE HABLAR A LAS 30 SEMANAS DE GESTACIÓN, mucho antes de lo que demostraban estudios pasados. 
 
 
Lo que me ha llamado la atención es que para valorar la diferente estimulación que generaba en el bebé las vocales en su idioma y en otro distinto se utilizó un chupete conectado a un ordenador, que medía la frecuencia e intensidad con la que el bebé succionaba el chupete al escuchar los distintos sonidos.
 


 
 
Hubo un padre que en la consulta hace años me hizo un comentario: "Es un fastidio que los bebés en la vida intrauterina no puedan escuchar al padre" Yo le comenté que debido al líquido amniótico el bebé podía escuchar muy bien a su madre, pero que el sonido exterior le llegaba como algo lejano y difuso pero que había una forma de poder "hacerse oir".
 
La recomendación utiliza la capacidad de resonancia que tiene un hueso y de como esta vibración puede transmitirse rápidamente a la placenta, para ello tan solo hay que pegar el mentón en la región púbica de la madre, sin presionar para evitar hacer daño, y con la boca cerrada generar sonidos a distinta frecuencia o incluso tararear una canción que luego querramos cantarle al bebé para que se relaje o se duerma.
 
Este padre lo probó y le encantó ya que, como el decía "cuando le canto notamos como se mueve mucho mas"...
 
Me imagino que tiene que ser una alegría para el bebé poder sentir la vibración de su padre transmitiéndose por el líquido amniótico...logrando no solo escucharlo con sus oídos, sino sintiendo esa agradable vibración por todo su cuerpo.
 
Tanto con mi hijo David, como con mi futura hija  Elia, he utilizado este tipo de estimulación, a parte de otras más, y la verdad es que nos ha sorprendido mucho y lo hemos disfrutado aun más.
 
 
Espero que te haya gustado esta entrada:
 
 
 
 
David Carrascosa Fernández
Fisioterapeuta - Osteópata
23-1449 Linares - Jaén
 
 

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